Mundo, 02 de sep 2024 (ATB Digital).- Si nos dicen que vamos a pillar un gripazo, lo primero en lo que pensamos es en los síntomas físicos: los dolores musculares, la tos y la fiebre. Sin embargo, lo que realmente nos hace sentir pachuchos es el cansancio extremo, la apatía, la irritabilidad y esa niebla mental que parece que se va a quedar con nosotros para siempre.
A este conjunto de síntomas se le conoce como el comportamiento de enfermedad y, aunque es desagradable, tiene un propósito importante.
El comportamiento de enfermedad
Se ha descubierto que los síntomas que sufrimos durante una infección viral o bacteriana no son simplemente efectos colaterales de la enfermedad, sino que cumplen una función beneficiosa: permiten a nuestro cuerpo redirigir su energía hacia la lucha contra los patógenos que nos han invadido. En otras palabras, nos sentimos mal para poder estar bien.
No obstante, el comportamiento de enfermedad también puede ser un efecto secundario no deseado en pacientes con cáncer o enfermedades autoinmunes.
Estas personas reciben tratamientos con fármacos que incluyen moléculas inmunitarias conocidas como interferones. Los interferones son producidos y liberados por nuestras células del sistema inmune cuando sufrimos una infección, pero su uso terapéutico puede desencadenar estos síntomas desagradables.
Fuente: BBC