Los Ángeles, 31 dic 2018 (ATB Digital).- En los últimos días, Huawei difundió fragmentos del diario de su Vicepresidenta, Meng Wanzhou, detenida y posteriormente liberada bajo fianza en Canada, supuestamente por haber infringido la normativa estadounidense que impide la exportación de tecnología a Irán.
La detención de Wanzhou encendió aun más la disputa comercial que mantienen desde mediados de año los gobiernos de China y Estados Unidos, y extendió el radio de impacto de la controversia hacia el mercado europeo, donde ha comenzado a insinuarse una suerte de bloqueo para la tecnología producida por Huawei por “razones de seguridad”.
El pasado 19 de diciembre, pocos días después que finalmente Canadá le otorgara la libertad bajo fianza, Meng Wanzhou reveló en su diario personal que “muchos desconocidos habían llamado a la agencia de abogados ofreciendo usar sus propiedad para cubrir la fianza, pese a que ni siquiera me conocían, ni habían escuchado sobre mí, pero si conocían a Huawei”.
“No pude evitar estallar en lágrimas, no por mí misma, sino por tantas personas que querían creer y confiar en mí”, añadió la la ejecutiva, quien recordó cómo en 2011 su empresa había participado en los esfuerzos para reconstruir zonas afectadas por un devastador terremoto en Japón y luego en Nepal.
“El terremoto en Japón fue la primera vez que el departamento financiero de la empresa participó en el diseño y la implementación del plan de crisis… Unos años después, en el terremoto de Nepal, nuestro plan de crisis pudo respaldar plenamente el trabajo de reconstrucción posterior al desastre de manera oportuna, lo cual fue altamente elogiado por los clientes nepaleses”, comentó.
En el fragmento de su diario Wanzhou se refiere a la carta que le envió un ciudadano japonés para expresarle su solidaridad y cuestionar las eventuales restricciones que podría aprobar el gobierno japonés contra Huawei, especialmente luego de la ayuda que dio la compañía china después del terremoto de 2011.
“Siempre escuché decir que las personas buenas serán recompensadas por lo que hacen, pero no se me ocurrió que esta recompensa venga en la forma de una carta escrita por un japonés, que llenó mi corazón de orgullo”, agrega.