ATB RADIO

EN VIVO

ATB Digital
Internacional

La escuela rural en Colombia que sin biblioteca ni internet logró ganar un premio mundial de educación

Colombia, 25 de nov 2023 (ATB Digital).- La institución ganó el premio de mejor escuela del mundo en acción ambiental, superando a lugares de países como Emiratos Árabes, Filipinas, China, Argentina y Canadá.

Ocurrió en el Huila, la región más cafetera de Colombia, el país que produce uno de los cafés más ricos y populares del mundo.

Allí, en la zona de San Francisco, como en cualquier otro territorio rural de ese país, ser niño, niña o adolescente y estudiar para obtener el diploma de bachillerato es toda una hazaña.

De acuerdo con un estudio reciente de la Universidad Javeriana, el 79,8% de las sedes educativas en las zonas rurales colombianas no cuentan con internet, el 18,1% ni siquiera tienen servicio de energía eléctrica y el 61,5% de los estudiantes rurales tienen que desplazarse a sus colegios a pie y en medio de territorios que suelen ser muy extensos.

Por eso no es extraño que hoy, la Institución Educativa Montessori, sede San Francisco, no tenga biblioteca ni sala de profesores.

Lo que sí es extraordinario es que con los pocos recursos que opera haya logrado ganar más de 30 premios nacionales e internacionales por su propuesta educativa.

Y lo que resulta casi milagroso es que recientemente haya recibido US$50.000 por ganar el premio de mejor escuela del mundo en acción ambiental, superando a colegios de países como Emiratos Árabes, Filipinas, China, Argentina y Canadá.

Este premio ha sido un logro en el que ha trabajado la comunidad educativa por más de seis años y bajo el nombre de CafeLab, un innovador laboratorio inspirado en la naturaleza cafetera de las familias de sus 380 estudiantes.

BBC Mundo habló con el director del proyecto y con una de las estudiantes para entender cómo han logrado hacer su ambicioso sueño realidad.

Ramón Majé Floriano tiene 39 años y es docente de matemáticas y física. Llegó a trabajar a la vereda (zona rural) San Francisco en 2017.

Lo primero que entendió cuando llegó, es que la Institución de la que empezó a hacer parte y que lleva la palabra Montessori en su nombre, no está afiliada ni practica el famoso método de educación italiano que actualmente se pone en práctica sobre todo en colegios de clase alta.

“Pregunté y me dijeron que no tenía nada que ver con el método y que le habían puesto ese nombre porque era bonito”, explica.

Luego, Ramón conoció a sus estudiantes de los últimos grados de bachillerato. Ellos le contaron muy orgullosos que esa región, el Huila, es la que produce más café en el país.

De hecho, se ha mantenido en el primer puesto al menos hasta 2022, según un informe de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia.

“Aquí en el Municipio de Pitalito (en donde se encuentra San Francisco) 10.800 familias viven del café, el municipio tiene 21 hectáreas cultivadas con el grano y la producción alcanza poco más de las 220.000 cargas de pergamino seco al año”, añade.

Así que la mayoría de los estudiantes han crecido en fincas cafeteras, pertenecen a familias dedicadas a la recolección del café o están cercanos a alguna actividad económica basada en el grano del café.

Y ese fue el punto de partida del proyecto del profe Ramón, como lo llaman en la escuela.

“Yo empiezo a desarrollar un ejercicio de aprendizaje basado en proyectos, pensando en que lo que se le enseñe al estudiante tenga un sentido para él. De nada sirve enseñarle al niño, por ejemplo, el número complejo si él no lo va a usar en su vida cotidiana porque luego lo olvida”.

El profe y sus estudiantes empezaron entonces con una primera fase de observación, hicieron salidas pedagógicas y se enfocaron en entender las prácticas de producción de la comunidad.

“Así empezamos a encontrar que detrás de esa producción de la taza de café de buena calidad hay un impacto ambiental del que no se habla en Colombia. Se habla del mejor café del mundo, pero detrás de ese café hay un problema enorme de contaminación.”

En concreto, se dieron cuenta de que en toda la cadena de producción cafetera hay cinco tipos de residuos naturales que al desecharse contaminan y alteran el medio ambiente y los ecosistemas nativos.

El tallo de la mata, la cáscara del fruto que en la zona le llaman pulpa, el recubrimiento gelatinoso que tiene la semilla y que se llama mucílago, la cascarilla que queda luego de que se tuesta el grano de café y por último el residuo que queda en el fondo de la taza de café.

“Alguien puede decir que al ser residuos naturales y orgánicos se pueden arrojar sin problema para que se descompongan, pero el problema es que el ecosistema no está preparado para una alta carga de esos desechos orgánicos, 20.000 hectáreas generando por ejemplo la pulpa (cáscara) que es altamente ácida, van a alterar la acidez del suelo y por tanto el ecosistema. Además, varios residuos terminan en las quebradas y ríos de la zona, contaminando el agua”.

(BBC/EL DEBER)

Noticias relacionadas

Aprehenden a expareja del hombre acusado de dar cobijo a Sebastián Marset

Ana Luisa Mamani Condori

Bolivia será sede del seminario internacional sobre el crimen organizado y el contrabando

Cristal Vergara Capo

Se reportaron al menos 10 emergencias por las constantes lluvias en La Paz

Claudia Cuarite